Este plato típico de la época de penitencia, realizado con ingredientes al alcance de cualquier bolsillo, se remonta nada menos que a la Edad Media.
Es un guiso principal de la Semana Santa, muy tradicional en tiempos de cuaresma.
La Cuaresma y la Semana Santa son sin duda sinónimos de austeridad, ayuno y abstinencia de ciertos placeres terrenales y en lo que a gastronomía se refiere, la carne pierde todo su protagonismo y da paso a otros ingredientes más humildes que bien combinados resultan en platos muy sabrosos.
Ingredientes:
Bacalao
huevos
Espinacas
Cebolla
Pimentón
Sal
Panecicos
Preparación:
Se ponen en remojo los garbanzos el día anterior y el bacalao a desalar, (al bacalao se le debe cambiar el agua al menos dos veces)
Se ponen a cocer los garbanzos y a media coción de los garbanzos, añadimos el bacalao.
Se hace un sofrito con las espinacas, la cebolla y el pimentón y se agrega a los garbanzos.
Se añaden los panecicos y pasados unos 20 minutos se le añade huevo duro en trozos.
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